Caso Cecilia Strzyzowski: “Sin cuerpo hay delito y debe ser imprescriptible”, dijo Alurralde

El magistrado se refirió así al femicidio que conmociona al Chaco. Lo relacionó con un trabajo suyo publicado obre este tipo delitos, que hoy cobra actualidad. Su postura persigue el fin de que “las víctimas no sean castigadas dos veces: con el crimen y con la impunidad del victimario”.

El femicidio de Cecilia Strzyzowski ocurrido en Resistencia (Chaco) mantiene en vilo a la sociedad de esa provincia y también al resto del país. Con el clan Sena preso, acusado del sanguinario crimen, pero sin que el cuerpo de la víctima pueda ser hallado a pesar de las múltiples búsquedas con dispositivos de rastreo de avanzada, canes y rastrillajes, cobra actualidad un trabajo realizado por el juez federal de Reconquista en 2021.

El Dr. Aldo Mario Alurralde abordó, en calidad de autor, el análisis de la figura del femicidio, incorporada al ordenamiento jurídico mediante Ley 26791, resaltando la imperiosa necesidad de que la justicia actúe con perspectiva de género frente a estos casos -independientemente del hallazgo del cuerpo de la víctima- y que este tipo delictivo sea imprescriptible, de modo que las víctimas no sean castigadas dos veces: con el crimen y con la impunidad del victimario.

En una entrevista  el magistrado trajo al presente su artículo publicado por Rubinzal – Culzoni que “prácticamente ha tenido ribetes a nivel medio de comunicación también a nivel nacional” y citó que “para imputar este delito no hace falta el cuerpo o la presencia del cuerpo para todo lo que significa un hecho de estas características”.

Según el funcionario judicial, el femicidio en sí constituye una “violencia sistémica” y tiene un “patrón de agresión y hostilidad” que se da sobre el cuerpo de la víctima, que va desde el “desmembramiento, mutilación del cuerpo, se incendia, se intenta hacer desaparecer de cualquier manera, y esto está abonado por lo que es la violencia”.

Por un lado, la violencia de género, por el odio hacia la mujer específicamente y también está dado este mismo patrón porque el contacto más cercano que generalmente es el sospechoso, el victimario, intenta “sembrar o plantear la hipótesis de un abandono del hogar, una desaparición, un viaje inventado, una idea de abandono”, ilustró.

Patrón típico

El juez federal parafraseó lo escrito en su trabajo doctrinario: “Nadie se esfuma en el aire, la tierra no se traga a la gente, razón por la cual este es también un patrón típico en la comisión del femicidio. Por un lado, el intento de desaparición del cuerpo, el ensañamiento sobre el cuerpo de la víctima y también esta idea que se intenta sembrar de que la mujer de un día al otro decide abandonar su proyecto de vida, su casa, su familia, sus hijos, sus familiares, lo cual esto no es así”.

No obstante, los familiares de la persona desaparecida saben que nunca se hubiera ido bajo ningún concepto y en el fuero íntimo perciben que “esa persona ya no está en este mundo, que es lo que manifiesta justamente la mamá de Cecilia. Y bueno, ¿A qué apunta este artículo? Justamente, a plantear lo que en la jurisprudencia se ha dado en dos o tres casos”, desarrolló.

Al respecto, recordó lo que se dio en materia de delitos de lesa humanidad donde se estableció que, aunque no se encuentre el cuerpo de los desaparecidos, el delito se había cometido, pero “falta aplicarlo en este tipo de delitos ya en forma sistemática, porque hasta el momento se ha aplicado individualmente en algunos fallos, como el de una docente tucumana en donde fueron imputadas dos novicias y condenadas, o el caso de Actis, pero son casos aislados”.

Indicios graves y precisos

Para el juez, el razonamiento que debe imperar es que “sin cuerpo hay delito en este tipo de femicidios cuando hay indicios graves, precisos y concordantes de la desaparición de la persona, y a la vez deben ser imprescriptibles”, por justamente “esta modalidad de ocultamiento del cuerpo, de traba del proceso, porque inclusive el victimario, generalmente el esposo, la pareja, comienza hasta él mismo a encabezar marchas, a pedir por la aparición de quien en teoría sería su ser querido”.

El Dr. Alurralde sostuvo que estos parámetros son aplicables al caso chaqueño ya que “este mismo mecanismo lo vimos cuando en el caso de Cecilia, quien hasta ahora está sindicado como victimario, salía a pedir a los medios de que se esclarezca en dónde estaba Cecilia”.

De esa manera, queda claro que “es todo un mismo patrón que se repite en los femicidios. Si uno analiza a nivel nacional los casos de femicidio va a observar esa característica, la desaparición del cuerpo, el viaje inventado, la idea del abandono, el protagonismo del asesino en donde se victimiza y hasta encabeza marchas en busca de la persona presuntamente desaparecida, la violencia sobre el cuerpo, si es que luego se haya el cuerpo, que se ha ejercido y también la certeza del familiar de que su ser querido ya no está, porque nunca hubiera asumido esta actitud de abandono”.

Entonces, estas cuestiones constituyen puntos que son investigados también por la criminología, pero que deben ser tenidas en cuenta al momento de abordar una causa sobre el femicidio, concluyó.

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