
La mujer de 44 años fue la primera testigo en prestar declaración en el juicio oral por lo que la fiscalía y la querella calificaron como “femicidio sexual” del que resultara víctima Noemí “Mimi” Burella (61).
Una vez finalizados los alegatos de apertura de las partes, Rosana Burella fue convocada por el Tribunal, a instancias de los fiscales Maglier y Hereñú, para que brindara su versión de los hechos.
Primeramente, recordó los detalles del día del hallazgo trágico del cuerpo sin vida de su madre en la parte del comedor de la casa donde vivía en el barrio Moreno de Calchaquí. En su relato, se quebró al describir la escena que ya habían graficado los fiscales y la querella.
Rosana, en su testimonial, contó que “la vida no volvió a ser igual después del 16 de agosto de 2022”, dijo que vive con miedo con miedo de salir a la calle y medicada para poder afrontar el día día.
Ante la consulta del fiscal Maglier acerca de cómo era Mimi, respondió: “Era una madre presente, con muchos proyectos, muy solidaria. Tenía años por delante”. Fue el segundo momento en que lágrimas de dolor le brotaron de los ojos.
“Pido justicia, una justicia justa, que se sepa la verdad”, pidió.
El defensor del imputado por el femicidio le formuló algunas preguntas puntuales. Matías Daruich se centró en su declaración en sede policial el día del hecho respecto de si billetera de la víctima tenía o no dinero, y también hizo hincapié en otras dos cuestiones epresadas por la testigo: la zona de casa de Mimi era muy transitada entre las 19 y 20 debido a la existencia de una agencia de quiniela ubicada enfrente, y la inseguridad creciente que se vivía en el barrio en aquel momento.
La segunda jornada del juicio se realizada hoy, y estaba previsto que declarara el jefe policial Diego Constanzo, hoy titular de la Unidad Regional IX, pero al momento del femicidio funcionario de la Unidad Regional XIX.