Según reveló Pablo Cococcioni, en una misma Unidad Regional llegaron a convivir «diez regímenes laborales disímiles», son distinta cantidad de horas de servicio y de descanso, pero igual remuneración. Habló de «desorden» y falta de controlEstá en marcha un proceso de revisión y reordenamiento de horas de servicio y descanso. Créditos: Manuel Fabatia
El ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, confirmó que está en marcha un proceso de revisión y reordenamiento de horas de servicio y descanso en el funcionamiento de la Policía Provincial, frente a la coexistencia de regímenes «muy disímiles». El funcionario atribuyó dicha desorganización a «la falta de controles», y subrayó que ello redunda en una serie de falencias, como la falta de personal en determinadas franjas horarias.
Consultado por la prensa, indicó que «hay un reordenamiento» en algunas secciones que se caracterizaban por tener horarios muy disímiles. «En cada sección – graficó-, había parte del personal que trabajaba 12 (horas) por 36 (de descanso); otros que hacían 24 por 48, otros 12 por 96, y así…».
Sobre esa base, el funcionario confirmó que «en algunas Unidades Regionales empezó un proceso de unificación» para intentar corregir ese «profundo desorden y falta de control», que permitió la convivencia de regímenes tan diferentes dentro de la misma institución policial, con el agravante de que desde el punto de vista de su remuneración, «estaban equiparados».
Consecuencias
Según expresó, ese desorden derivó en la práctica en la «falta de personal en algunos horarios», y en la ausencia de un mecanismo y herramientas de control efectivo. En tal sentido, Cococcioni reveló que una Unidad Regional llegó a tener «diez regímenes laborales» diferentes. «Hubo un momento en que hasta a los jefes se les complicaba ordenar el personal en calle. Por eso consideramos que ésta es una medida muy importante para que realmente haya una presencia policial efectiva y que todos pueden trabajar de manera equilibrada y en horarios que no sean tan disímiles entre sí, con la salvedad de que se respetarán las situaciones de viaje y demás», describió.
El ministro sostuvo que se evaluará la situación de cada unidad regional «con sus particularidades» porque un factor esencial en dicho análisis es la procedencia de los efectivos, y si deben viajar o no para cumplir sus tareas diarias. Pese a ello, aseguró que «en toda la provincia se evaluará la situación y se intentará eficientizar el despliegue, el rendimiento horario y por ende, el despliegue de la policía».
Desarraigo
Cococcioni admitió que en un esquema ideal, el agente policial debería tener un régimen que implique 12 horas de servicio y 36 de descanso, pero aclaró que es prácticamente imposible trasladarlo a la provincia por la complejidad que atraviesa el territorio.
«Eso por ahí se resuelve fácil en otros contextos geográficos y políticos más acotados, pero la provincia de Santa Fe – explicó- tiene una complejidad enorme y va a tardar algunos años en corregir un factor que está en la base de todo y que tiene que ver con el profundo desequilibrio demográfico que caracteriza la composición del personal policial». Al respecto, describió que la provincia posee «mucha demanda de personal policial en zonas donde no se anota nadie para ser policía y luego los hacemos viajar. Eso, gradualmente, hay que ir corrigiéndolo», sostuvo.
El funcionario aludió así a la problemática estructural y agudizada en los últimos años suscitada por el escaso o nulo interés de jóvenes oriundos de los grandes centros urbanos – esencialmente Rosario- en incorporarse a la policía. Paradójicamente, son esas ciudades las que generan luego la más alta demanda de presencia policial. La mayoría de los inscriptos para cursar la carrera policial provienen de departamentos del norte.