«A pesar del infierno se había recibido de policía y abogada».
#Tostado | Mié.29/Mayo/2024
Se trata de Florencia Barrios tenía 28 años y era Suboficial de la Policía de la Provincia de Santa Fe. Además, se había recibido de abogada.
Utilizando el arma reglamentaria de la policía, se quitó la vida en un pequeño departamento que alquilaba sobre la calle 2 de abril de la Ciudad de Tostado. Fue el sábado 25 de mayo de 2024.
Era oriunda de Santa Margarita y había sido una de las víctimas del expolicía Adolfo Hugo Burguener, un confeso violador serial de niñas en Calchaquí y Tostado.
Hay quienes refieren a ella como sobrina de Burguener, pero en el círculo íntimo refieren a que era su propia hija no reconocida.
Al tomar la drástica decisión que llena de dolor a este Norte Santafesino, Florencia dejó una extensa carta a su familia.
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El expolicía que violaba hasta en la Comisaría..
Adolfo Hugo Burguener, DNI N° 16.017.808, fue condenado como autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual simple, abuso sexual con acceso carnal, concurriendo en forma ideal, a su vez, todos ellos con el delito de corrupción de menores agravada por tratarse de una víctima menor de trece años de edad; más abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda, en concurso real con promoción a la corrupción de menores agravado por la guarda, en calidad de autor; y abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por ser encargado de la guarda en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravado por la edad de la víctima, por el vínculo y por ser encargado de la guarda. Lo que se dice «un violador serial» de niñas.
La condena a la pena de catorce años de prisión fue acordada en el marco de un procedimiento abreviado, por su abogado particular, Marcelo Benegas y el fiscal Nicolás Maglier, quien aseguró tener el consentimiento de todas las víctimas y hasta de la fiscal general de la provincia; y fue avalado por el tribunal compuesto por los jueces Mauricio Martelossi, Martín Gauna Chapero y Santiago Banegas, quienes hicieron varias aclaraciones sobre el porqué de esta polémica sentencia, frente a la cantidad de hechos achacados al imputado, en perjuicio de varias niñas y adolescentes, con varias agravantes.
En su sentencia, explicó el tribunal que «las partes han presentado el correspondiente convenio de condena en proceso abreviado, atendiendo a los principios de simplificación y celeridad procesal»; y que «el fiscal ha manifestado que las víctimas han sido debidamente anoticiadas del acuerdo y que prestaron su conformidad, las que han comparecido y manifestado su acuerdo y conformidad en audiencia».
MÁS EXPLICACIONES DE LOS JUECES
Tal como lo expresan siempre que avalan acuerdos en procedimientos abreviados, el tribunal señaló que a ellos no les corresponde realizar consideración alguna sobre la oportunidad o conveniencia de arribar a un convenio de estas características —habida cuenta de que esas cuestiones ya fueron debatidas y acordadas entre las partes, dentro de sus respectivos ámbitos de actuación— «habiéndonos limitado a verificar que el acuerdo cumple con los requisitos formales establecidos en la norma procesal, que el fiscal ha dado cuenta de las evidencias que tiene para fundar dicho pedido, admitiendo la defensa que las mismas son suficientes para fundar una condena».
Añadió el tribunal que «no debe pasar inadvertido que la apreciación que pueden efectuar los jueces en esta etapa, con respecto a las evidencias con las que cuentan las partes para calificar de una u otra forma las conductas investigadas, resulta sumamente restringida, ya que, para poder definir de un modo consistente el peso de la prueba de cargo y de descargo, el tribunal tendría que tomar contacto directo con el material probatorio. No obstante, adoleciendo de inmediatez con la prueba —dado que el proceso abreviado se realiza en una audiencia de carácter argumentativo—, tal tarea resultaría imposible o, al menos, deficiente. Es por ello que el control del acuerdo al que arriban las partes y del mérito de la prueba en la cual se funda aquel, debe ser predominantemente formal y escasamente sustancial, en tanto y en cuanto la inexistencia de inmediatez con los elementos de convicción torna prácticamente irrealizable un análisis serio sobre el peso de la prueba, siendo el fiscal quien se encuentra en mejor condición de realizar un pronóstico del rendimiento que eventualmente podría tener aquella durante un hipotético debate, por haber conducido la investigación penal preparatoria el acusador público».
Destacó además el tribunal «las manifestaciones de las víctimas que han tenido una intervención activa en el acuerdo y la necesidad de finiquitar el proceso a fin de cesar los efectos estresantes que le produce el contacto con el sistema penal».
Expresó finalmente que, «teniendo en cuenta la calificación penal escogida por las partes (fiscal y defensa) que resulta razonable y proporcional, es posible concluir que la pena acordada entre los litigantes, resulta justa y equitativa, teniendo en cuenta los fundamentos esgrimidos por los contendientes en los parágrafos pertinentes y en especial la forma de ejecución del delito, la naturaleza del acto y los medios empleados, sumado a la extensión del daño causado, por lo que corresponde hacer lugar al acuerdo presentado».
Burguener, de apellido materno Rodríguez, nació el 6 de marzo de 1962. Permanece en la cárcel cumpliendo la condena.
El testimonio valiente de una de las víctimas: Milca Garavaglia, una de las víctimas de Adolfo Hugo Burguener, el confeso violador serial de niñas en Calchaquí y Tostado.
Ella es docente, oriunda de la localidad de Calchaquí, donde fue concejal hasta el 10 de diciembre del 2023. Vía redes sociales decidió darse a conocer públicamente. Es su sobrina y fue la primera en presentar una denuncia contra él. Sufrió abusos de su parte tanto en su ciudad natal, en el campo, como en Tostado, desde los 5 a los 10 años.
Ella dejó claro que no está conforme con la condena, deja «un sabor a poco» y «hay un montón de cuestiones que generan duda y sospecha».
Puso en duda que «el tema probatorio era tan irregular como ha planteado el fiscal». A su parecer no lo era, porque «incluso estaban los chats de redes sociales donde él envía videos pornográficos, donde ofrece dinero»; como así también «estaban los testimonios, los testigos».
No obstante, Milca explicó que ve positivamente que Burguener haya reconocido los abusos, y «el hecho de saber que ahora está preso da la tranquilidad de que en este momento no está violando a nadie digamos». Entiende que «hay que tomar esto como el cierre de una etapa» y es lo que han definido las víctimas quizás «para evitar seguir generando un trauma y todo el estrés que provoca el proceso judicial».
«Quiero creer que (al acuerdo) lo hicieron por el bienestar de las víctimas y que no hubo detrás un arreglo», acotó.
En ese sentido, notó que «todavía nos falta un montón por crecer para cuidar a las víctimas» en estas circunstancias y, por más que pueda verse «superada» para el afuera, contextualizó que «no es fácil». Hace 5 años que asiste al psiquiatra, y ahora a la psicóloga, «siempre con terapia, tratando de sobrellevarlo».
«Es un proceso difícil, muy doloroso pero que vale la pena… Yo sostengo que hay que denunciar y que después lo demás se soluciona. Tampoco uno puede vivir toda la vida tratando de sostener vínculos a costa de su salud física, mental, emocional y demás… Si pueden, denuncien, y por más que haya prescrito no importa, porque eso también sienta un precedente», instó.
Sobre Burguener, recordó que era «el tío simpático», «carismático», «muy sociable» y «muy agradable», pero «muy manipulador» a su vez. Recalcó que «en la mayoría de los casos (de abusos) es así, nadie sospecha de ese tipo de personas», sumado a que Burguener -por su profesión de policía- portaba arma, «un dato no menor» para las víctimas.
«Esto da cuenta de que le puede pasar a cualquiera y que detrás de una linda sonrisa también existe el peligro, porque a veces pensamos que, porque son seres queridos, nunca van a dañar a nadie y en realidad ese es el gran problema», comentó.
Dijo que le tomó mucho tiempo entender que no era su culpa. Es su tío de sangre y se relacionó con él «de forma natural toda la vida». Hasta permaneció en silencio por muchos años para «proteger y preservar de alguna manera los vínculos familiares», para «no dañar a las personas que lo quieren», y «no confrontarlos».
«Uno piensa que protege los otros vínculos al no hablar», además que «de esas cosas no se habla, todavía hay un tabú muy importante». Pensaba: «bueno, me pasó a mí, pero no le pasa a nadie más, y yo puedo hablar solamente por mí porque el proceso de cada víctima es distinto»; y «nunca imaginó» que los abusos seguían ocurriendo.
De hecho, supo por la noticia de ReconquistaHOY que Burguener violaba a su propia hija desde pequeña, y en la comisaría.
Lo que la llevó a hacer la denuncia concretamente fue enterarse de la violación en el campo de la familia. Pero 9 meses después de haberla radicado, fue informada que había prescrito «por una cuestión de tecnicismo legal, por el principio de irretroactividad de la ley»; y aunque en la cédula de desestimación constaba que se «evidenciaba el trauma», no podía continuar con la denuncia.
En ese sentido, lamentó que haya tenido que esperar tantos meses para que le avisen que prescribió, «se supone que un abogado en el momento te tiene que decir».
Respecto a cómo repercutió la condena en el ámbito familiar, contó que «no hubo grandes inconvenientes», y «la familia sigue muy bien» en general.
«Creo que muchas personas lo sabían y no se animaron a contarlo, muchas otras no lo sabían y se espantaron, y muchas otras lo tomaron como que no pasa nada, pero a partir de ahí uno sabe con quién se relaciona y con quién no. Cada uno hace el proceso que puede. Tampoco es fácil aceptar que dentro de la familia hay una persona que viola sistemáticamente», opinó.
En su caso, sintió que «estaba cargando una mochila que no le correspondía», «sentía vergüenza cuando no debía sentirla»; y a pesar de que hubo personas que «se mantuvieron al margen», otras la apoyaron en el proceso.
Como docente, valoró la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. Entiende que, de haber contado con estas herramientas, seguramente lo hubiera denunciado antes, «no estaba preparada para hacerlo de más joven».
«No tuve las herramientas, y ahora sí las tenemos. Tenemos una ley nacional y creo que en las escuelas es en el lugar donde nosotros tenemos que luchar para que este tipo de situaciones no se repitan, prevenirlas y a la vez fortalecer nuestras infancias para que puedan denunciar y no tengan que pasar el hecho de que sea rechazado una denuncia porque pasó mucho tiempo», añadió.
Por último, agradeció a los medios de comunicación y las marchas convocadas, considerando que «sin los medios y sin que esto se visibilice, probablemente no hubiéramos llegado a esta instancia».