Imputaron a Mayra Alem haber matado a su pareja. Si la condenan por ese delito, le correspondería prisión perpetu

Mayra Alem, en tribunales.

 

Imputada: Mayra Yamila Alem, 33 años, oriunda de San Justo y radicada en la Ciudad de Avellaneda, donde vivía en pareja con la víctima: Ramón Alberto Robledo, alias «Palermo», de 41 años, en el lugar del hecho: calle 305 al 1484 del barrio Don Pedro de Avellaneda, propiedad del camionero fallecido.

Día del suceso: viernes 15 de diciembre de 2023.

Juez: Mauricio Martelossi.

Fiscal: Georgina Díaz.

Defensor: Orlando Toniolo (defensor público).

AUDIENCIA IMPUTATIVA

La fiscal Georgina Díaz imputó a Mayra Alem haber matado a su esposo, Ramón Alberto Robledo, ejecutándolo un tiro en el tórax, utilizando un revolver calibre 32 largo.

Fue el viernes 15 de diciembre de 2023, en la habitación de Planta Baja del domicilio que compartían, ubicado en calle 305 al 1484, del barrio Don Pedro de Avellaneda.

A las 18:03 de ese día, Mayra Alem llamó al 911 reportando que estaban en su casa discutiendo con su marido, quien le dijo: -«Si vos te vas, yo me mato»;  y que posteriormente él se pegó un tiro.

Al llamar a la policía, reportó el caso como si fuera un suicidio, pero al llegar los agentes al domicilio, a las 18:15, Mayra Alem dio otra versión: dijo que momentos antes, había mantenido una discusión con su pareja, por motivos varios de índole personal, y que él le manifestó a viva voz: «Me voy a matar y te voy a matar a vos», exhibiéndole un arma de fuego. (No describió el acto en el que supone que la dama le ejecutó el disparo que dañó Aorta y Pulmón, generando un shock Hipovolémico fatal).

Al ingresar los policías a la vivienda, encontraron a Robledo en uno de los dormitorios tendido sobre el piso. Describió la representante del Ministerio Público de la Acusación que «estaba inconsciente, con sangre alrededor de su cuerpo», por lo que llamaron a una ambulancia del 107 en la que llegó el enfermero Alejandro Acosta, quien corroboró que ya estaba fallecido.

Se resguardó la escena del hecho y se convocó a los expertos en escena del crimen y al médico policial Martín Salinas, quien determinó que Robledo tenía un disparo en el tórax y aconsejó practicar autopsia. Estaba el cuerpo ubicado en posición cúbito lateral derecho.

El comisario Carlos Caruso, jefe del departamento científico forense, determinó Dermotest positivos en ambas manos de la dama, en la víctima y en el automóvil Renault Fluence que manejó luego del crimen, para llevar a su hija y a la hija de Robledo hasta el Playón Deportivo del barrio Don Pedro, donde fueron localizadas por la policía.

En el lugar del hecho, el equipo forense secuestro un arma de fuego y tres celulares.

Se dio intervención a la Secretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de Avellaneda, a los fines de coordinar con Secretaría de Niñez, la contención y protección de los derechos de ambas niñas testigos, quienes al día siguiente del crimen fueron entrevistadas por la licenciada Soledad Muchut, quien aconsejó que las niñas declaren como testigos mediante Cámara Gesell; y así ocurrió.

La niña de 9 años de edad, entre otras cosas, dijo que el hecho sucedió a la siesta, entre las 2 o 3 de la tarde.

Respecto a la relación de los adultos, indicó que Maira y su Papá se llevaban bien; «aunque a veces peleaban, pero discutían tranqui».  

También relató que ella estaba en planta alta cuando escuchó un ruido fuerte, como que alguien había azotado una puerta y el grito «super fuerte» de su Papá. Bajó las escaleras y vio a su padre caído en el rincón de la cama matrimonial y ya le salía sangre por la boca. Se asustó y regresó al primer piso llorando, donde le contó a la hija de Mayra, quien tiene 13 años. La nena refiere a Mayra como «la novia de mi Papá».

Como la nena lloraba, Mayra le dijo: «Ay bolú, no pasó nada. Tu Papá se golpeó con la puerta y se fue».  Para entonces, Mayra ya había trancado la puerta del dormitorio para que nadie ingrese donde estaba el cuerpo.

Añadió que, posteriormente, la novia de su papá llevó a ambas nenas a tomar un helado «para tranquilizarme de que no pasó nada». Luego las llevó al Playón del barrio, donde estuvieron «mucho tiempo» , en la canchita de básquet, donde le llamó la atención que al rato empezaron a pasar «camionetas y autos de policía», sin saber que iba a su casa.

La otra menor que se encontraba en el lugar del crimen, es hija de la imputada. Tiene 13 años y declaró que el suceso fue «entre las 3 o 4 de la tarde».

Declaró que su mamá «se llevaba mal con su esposo porque se gritan por boludeces, se peleaban». Indicó que ella no vio «nada», que la mandó a la otra nena (a la de 9 años, hija de Robledo) porque «abajo Alberto gritó fuerte». 

Ratificó que las llevó a ambas a Polijub de Avellaneda y después ella se cruzó a la plaza, donde paró el auto y empezó a hablar por teléfono, aclarando que ella no escuchó nada. Después las dejó diciendo que iba a volver, que tenía que hablar con Alberto en otra plaza, pero «no volvió más».

Hay un video que muestra a Mayra circulando en bicicleta a las 13:53. Eso fue antes del desenlace fatal.

Otros videos permite ver el automóvil Renault Fluence color azul circulando entre las 17:28 y las 17:34; y también a las 17:41 h.

Lo que queda claro en el relato de la imputación, es que la Sra. Alem nunca llamó la ambulancia para darle una oportunidad al herido. Lo dejó agonizando en el dormitorio, donde trancó la puerta para que nadie más lo vea. Se tomó entre 3 ó 4 horas para llamar a las autoridades. En ese lapso llevó a las nenas a tomar helado y a la plaza; y tuvo tiempo para armar su relato.

Rápido, Mayra Alem pasó a ser sospechosa por aspectos que no escaparon a los profesionales: cuando llegaron, el cadáver ya tenía rigor mortis y la sangre estaba coagulada. Era evidente que habían pasado varias horas desde el hecho. Su relato también generó dudas.

La fiscal encuadró el hecho como «homicidio calificado por el vínculo y agravado por la utilización de arma de fuego», según artículos 45 y 80, inciso uno y Art. 41 bis del Código Penal Argentino, delito que se reprime con pena de prisión perpetua.

LA DEFENSA

La señora Alem no contrató abogado, por lo que la asiste el defensor público Orlando Toniolo, quien comenzó diciendo al juez que su defendida «se sostiene inocente de los hechos tal cual se le atribuyen, motivo por el cual esta defensa técnica va a resistir la pretensión punitiva esgrimida por el Estado en esta oportunidad en cabeza de la doctora Georgina Díaz».

Como el defensor se dio cuenta del cambio en el relato de la imputada (que hizo la fiscal) entre lo que dijo al llamar al 911 (supuesto suicidio) y lo que dijo a los policías que llegaron al lugar del hecho (discusión, forcejeo y muerte accidental) puso en duda lo que la representante del MPA mencionó de la transcripción del llamado al 911.

Según el defensor, en su llamado al 911 la Sra. Alem también contó lo del forcejeo, y que esa hipótesis es creíble porque ambos tienen dermotest positivo, lo que «es un dato de mucha importancia, porque precisamente acreditan la posibilidad, la alta posibilidad de una legítima defensa; o en el peor de los escenarios, de un homicidio culposo». (Habrá que esperar la transcripción textual de todo el llamado al 911).

Lo que no discutió es la detención de la sospechosa, lo que entendió «procedente» frente a las circunstancias.

Es evidente que el defensor tiene un objetivo de máxima: lograr la absolución de culpa y cargo; y un objetivo de mínima: que la condena sea lo más leve posible; y por eso dejó la alternativa del «homicidio culposo».

DECISIÓN DEL JUEZ

Tras escuchar a las partes, el Dr. Martelossi dio por formalizada la imputación contra Maira Yamila Alem, declaró legal su detención y dejó abierta la investigación penal preparatoria. Citó para nueva audiencia, a realizarse este martes 19 de diciembre de 2023, a las 11:30 horas, en los mismos tribunales de Reconquista, para discutir las medidas cautelares. Se sabrá entonces si la sospechosa seguirá el proceso en prisión preventiva o en libertad restringida.

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