Desde hace 22 años, el Instituto Nacional de la Yerba Mate es el encargado de fijar los valores para el precio de la hoja. Ahora, el sector yerbatero pasará a manejarse por oferta y demanda.
El mega decreto 70/23 sigue dando que hablar. Pese a que fue rechazado en el Senado y todavía aguarda su tratamiento en Diputados, el primer DNU de la era Javier Milei genera efectos en la economía diaria. En este caso será el turno de la yerba mate, sector que a partir de este lunes 1 de abril oficialmente entrará en fase de desregulación tras 22 años de intervención de precios.
Hasta ahora, era el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) el organismo que se encargaba de fijar los precios de este producto típico de nuestro país. Pero el DNU impulsado por el presidente Milei le quita esta potestad.
A partir de ahora, serán los propios productores quienes podrán decidir si aceptan el precio establecido o prefieren no cosechar la hoja y esperar a que mejoren los valores
La desregulación no se limita solo en el valor de la materia prima, sino que también impacta en la presión sobre las industrias para abastecer las góndolas de los comercios con yerba a precios accesibles.
En concreto, el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 promueve la derogación de los artículos 164, 165, 166, 167 y 168 de la ley 25.564, que en 2002 creó el INYM y le dio la potestad, entre otros temas, de fijar precios de la yerba.
El titular de la Asociación Ruta de la Yerba Mate, Raúl Karabén, explicó que desde el sector esperan que esta medida genere una “fuerte competencia” en los precios, que hoy está pagando 370 pesos el kilo de hoja y sobre el que los productores demandan 500 pesos.
En referencia de la incidencia en el bolsillo de los consumidores, opinó que “la tendencia va a ser quizás positiva para el consumidor porque va a obligar a competir más y competir más significa bajar un poco los precios”.
Al sector lo integran unos 12 mil pequeños productores además de las grandes compañías. En tanto, el INYM no tiene autoridades designadas desde que asumió la nueva gestión del gobierno nacional.
La desregulación, además, le saca presión a las industrias en la necesidad de abastecer las góndolas con yerba barata.
En el INYM defienden la regulación y anticipan que el mercado está integrado por muchos vendedores y pocos compradores, por lo que terminará perjudicando al pequeño productor.
Explican también que el precio de la hoja verde se vincula al volumen de los stocks de yerba canchada que guardan las industrias. Es así que, si las reservas están altas, el precio baja porque nadie necesita comprar con urgencia la hoja verde, secarla y ponerla a estacionar.
De acuerdo a la información suministrada por el Instituto Nacional de la Yerba Mate, los volúmenes de hoja verde entregados en enero y febrero durante la cosecha de verano, que explica el 10% de la cosecha anual, alcanzaron el máximo nivel en cuatro años, con 55 millones de kilos. Puntualmente en el mes de febrero la producción fue de 33,8 millones de kilos de hoja verde, con un incremento de casi 145% respecto al año anterior.